1 ene 2018

CON MARÍA EN LA JORNADA POR LA PAZ


CON MARÍA EN LA JORNADA POR LA PAZ

Por Ángel Gómez Escorial

1. - La misa del primer día del Año Nuevo está dedicada a Santa María, Madre de Dios. También la fecha es Jornada de la Oración por la Paz. San Pablo alude a la venida del Hijo de Dios, nacido de mujer. María en el relato de San Lucas recibe el testimonio de alegría de los pastores según el mensaje de los ángeles y los medita en su corazón, A lo largo de toda su vida la Madre de Jesús repetirá esa observancia silenciosa de la realidad del Hijo de Dios. Es difícil –por no decir imposible— separar de la Redención, del paso del Cristo por la tierra, la figura y los sentimientos de María. Tiene un especial significado dedicar la primera celebración litúrgica del año a María.

2.- Tal vez ella nos mirará con indulgencia a esa gran mayoría de personas que llegaremos al templo sin haber dormido mucho y tras celebrar alegre y ruidosamente la llegada del nuevo año. No será María quien esté en contra de cualquier manifestación de sana y gran alegría. Aunque cada uno es libre para organizar su vida como quiera –diríamos como cristianos que lo único que no permisible es el pecado— parece más que pertinente dedicar tiempo a las celebraciones de estas fiestas.

3.- El nacimiento de Jesús nos llenaba de una alegría profunda, porque Jesús se había hecho presente en nuestras vidas. Y ahora queremos reiterarla al referirnos a las celebraciones del Año Nuevo. El viejo dicho teresiano de que "un santo triste es un triste santo", podría aplicarse a nosotros --rebajando, claro, la condición de santos, que no lo somos-- y decir así que un cristiano triste es triste cristiano. No es el cristianismo una religión de tristes y atormentados. Es bueno aprovechar las ocasiones adecuadas para desbordar nuestra alegría en compañía de familiares y amigos.

4.- La otra parte de la celebración está dedicada a la paz. Es la Jornada de la Oración por la Paz. Y hace falta. Terrorismo en muchos países, que en algunos otros en guerras abiertas. Y fuera de las guerras hay mucha violencia institucionalizada, bien en el plano físico, como en el social y económico. No podemos conformarnos con la existencia de tantas situaciones injustas y no pacíficas. Y es que el cristiano solo puede ser pacífico y fraterno. Debe construir la paz. Y es importante que este primer día del año 2018, dedicado a la Santísima Virgen, le pedimos a ella por la paz. Por una paz completa y total que recuerde a las profecías de Isaías. Eso no debe ser una utopía. Y sí una realidad posible. Recemos, pues, hoy día 1, por la paz de todos. En el mundo, en las naciones, en las ciudades, en los barrios, en las familias. Los ángeles de la Nochebuena nos lo dijeron claramente: " y paz a los hombres que ama el Señor".

3. - Las lecturas de hoy son especialmente breves. Las tres. Es cierto que no se trata de glosar su extensión en palabras o líneas. Pero llama la atención su brevedad y su profundidad. En la primera, del Libro de los Números, se da el testimonio de Dios a Moisés sobre la forma de bendecir y es de una belleza extraordinaria. Merece la pena repetirla: “El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”. Que el Señor se fije en ti y te conceda la paz... nos lo podíamos desear todos los que estamos reunidos. No hay mejor don que la paz. Y que se aprecia muy bien cuando no hay. Es como la salud, que solo se aprecia adecuadamente cuando la enfermedad hace mella en nosotros.

4.- El fragmento de la Carta a los Gálatas de San Pablo hace una referencia singular al nacimiento de Cristo y a su Madre. Es, tal vez, la única alusión de Pablo de Tarso al respecto. Y de ahí, al anunciar que el Hijo está junto a nosotros, nos va a decir que también nosotros somos hijos de Dios y utiliza el término que Jesús empleaba para llamar al Padre, Abba, que, como se sabe puede traducirse, por papá o papaíto. Pablo entendió mejor que nadie la singularidad del Hijo y eso que no convivió con Él.

5.- El Evangelio de San Lucas viene a ofrecernos nuevamente el Nacimiento de Jesús. Y toma especial importancia cuando alude a que María “conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. En esta fiesta dedicada a la Virgen deberíamos también nosotros meditar en nuestro corazón lo que ella ha significado en el camino del cristianismo, en el mandato que el mismo Jesús dio a sus discípulos sobre que la Palabra fuese propagada hasta los confines del mundo. María oraba junto a la naciente Iglesia, desde los primeros momentos del Cenáculo.

6. - Nos hemos reunido en este día primero de 2015. Y es bueno que en este día primero del año, de muchas cosas nuevas, de muchas oportunidades busquemos la conversión y ayudemos a los hermanos a vivir mejor, a ser más felices o a que, asimismo, puedan disponer de los mínimos necesarios. El primer mínimo será, sin duda, su propia libertad. Pero también habrá que tener en cuenta sus necesidades materiales y su capacidad pare crecer espiritualmente. En este Día de la Oración por la paz, debemos pedir a Dios Padre que nos ayude a conseguirla y seremos bienaventurados.

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