21 ene 2013

María Santísima es nuestra Madre y Reina en sus innumerables títulos





María Santísima es nuestra Madre y Reina en sus innumerables títulos, y que la veneramos en infinidad de iconos e imágenes

A María Santísima alabamos y rogamos en las santísimas imágenes de toda la redondez de la tierra en templos y Capillas como en las casas de familia, y sobre todo en los magníficos iconos del Oriente Cristiano, y en las imágenes prodigiosas y milagrosas que se veneran en Occidente, muchas de ellas coronadas por los Sumos Pontífices y los obispos.

María Santísima es Rosa Mística del paraíso (León XIII). Ella es Salud para los cuerpos afligidos y atormentados por las enfermedades, Salud también para las almas, Salud de cada uno de nosotros sus hijos, y de todo el pueblo cristiano, al que le ha manifestado su defensa y protección en las desgracias y calamidades (Pío XII).

Ella es Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (Icono milagroso de la Pasión) la Madre de la Divina Providencia, la Sede de la Sabiduría y la Causa de nuestra Alegría, (Letanías Lauretanas).

A Ella suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas (Salve Regina): como Consuelo de los afligidos, Refugio de los pecadores, y Auxilio de los Cristianos (Letanías Lauretanas), porque por Ella lleva a todos los enfermos el remedio, luce para los que viven en tinieblas el sol de justicia y es áncora y puerto segurísimo para cuantos sufren los embates de la vida.

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